Las tarjetas revolving son un instrumento de los bancos que permiten aplazar el pago de cualquier compra que realices con ellas, para fraccionarlo en plazos con cuotas muy bajas. Una herramienta ideal para conseguir llegar sin sobresaltos a fin de mes si no fuera porque tienen una trampa: la letra pequeña del contrato esconde unos intereses realmente abusivos, que en la mayoría de los casos no se explican de forma clara.
De hecho, muchos de los afectados, hasta que no se ponen en manos de un abogado experto, no llegan a ser conscientes de que están entrando en una espiral que les llevará a una deuda infinita con el banco, ya que cuando las cuotas fijas no llegan a cubrir el pago de lo que se debe, se generan nuevos intereses y la deuda, al final, se convierte prácticamente en perpetua.
En esta materia, el Tribunal Supremo ha admitido un recurso de casación que examinará si los intereses de las tarjetas “revolving” son o no abusivos. El fallo del TS afectará a una multitud de pleitos por toda España. Ronda, Madrid, Barcelona, en cualquier ciudad española podremos encontrar usuarios de estas tarjetas, puesto que se estima que existen entre seis y ocho millones de personas potencialmente afectadas que podrían reclamar esta situación en el juzgado.
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